Por encima del bien y del mal... más allá del tiempo, de las decisiones, de lo que hagamos... Las lágrimas ruedan como cantos rodados saltando por el rio arrojados por manos de niños.

Trascenderá, los sentimientos fuertes, trascienden, pero dime ¿Se puede ganar la batalla dejándolos a un lado?

No te impidas la felicidad, busca la belleza.

Féliz Año Nuevo?

Melancolía. Nostalgia. Cuando la luna la Tierra y el sol se alinean surgen las sombras, se eclipsan unos otros. Pero ¿Qué ocurre cuando se alinean los soles?

En busca del sol perdido, el último santuario de toda la belleza, donde cualquier fuerza puede renacer arrojando la luz perdida en tiempos de guerra y oscuridad. La luz, la luz que no se apaga, la guía en las tempestades.

Arrastran las olas del tiempo recuerdos que se precipitan frente al muro de rocas, el rompeolas que construimos... Pero la belleza florece y se rebela y escapa y sobrevive aun como una niña asustada. Mimála, mímala siempre.

DESIERTO XXXIX

Las noches del desierto son frías, brillan miles de estrellas muertas que beben del oasis de cualquier tiempo mejor. El sol alegra cada mañana, pero abrasa... la sed, la horrible sed que no descansa ni en el tiempo de oasis, ni en las floridas semanas que vive cualquier desierto. Esa sed que sólo resuelve la belleza robada en el brillo de las miradas perdidas, ausentes cuando llega la dura sobredosis de realidad...

Cuando la locura está a punto de desbordarme, como una pelota de goma que bota loca entre los dedos escapándose. Entre los recovecos del alma donde la mente se acaba en risas. El llanto hila las noches donde se pierde el sentido, la realidad, donde la apariencia no la guarda ni el espejo, donde escondidos yacen tantos recuerdos. Gritan, desde el fondo del espejo como si detrás de los ojos muertos sobreviviesen los adioses de otro tiempo. Donde la nada avanza y cabalga el tiempo jugando contra mi su última baza.

¿Quien camina en un desierto esperando no tener sed?. No esperas el agua, no esperes la sed. Busca la belleza en un sencillo grano de arena, un universo en la nada...

Entre las oleadas de nada, guardo un granito que me resguarda. Buscad la belleza y las estrellas tendrán el mismo sentido que los granos de arena. A veces, el oasis sólo es posible dentro del alma.

El viento sopla por la espalda, los ojos cerrados y húmedos a ratos. Emociones a flor de piel. Frente a las tormentas del alma se desnuda la piel. El zarpazo del tiempo araña la belleza que vive al final de la cueva donde la luz es perfecta.... Perfecta hasta para los ciegos.

Te regalo una princesa y un castillo en un reino muy, muy lejano...

El destino calza botas de siete leguas y come manzanas envenenadas y vive en una casa de paja que derriba a soplidos lobos vestidos de anciana.

El flautista se llevará las ratas y las brujas malvadas....

La belleza come perdices.

DESIERTO XVIII

Entre las dunas asoma el espejismo... A veces avanza la tormenta. El desierto y su vacio anidados en los recovecos del alma, crecen serenos. La mirada hierática, al frente, hacia el oasis.... Había un lugar en él , lo había. Las manos claman al cielo por un poco de agua. Tengo sed, mi desierto me bebe, seré desierto.

... De cómo las olas del tiempo envuelven todas las borrascas.

Haciéndose nada.

El desierto crece, crece en su infinito devenir bajo los rayos del dios Sol que nos cobija aunque resulte abrasador.

Dónde nadie nos oye.

¿Y qué le respondo yo al mundo? Más con los brazos abiertos callo, y espero una bofetada de vida que le de por brillar al más puro estilo de la belleza que siempre es una rebelde y sale por donde le da la gana y a veces me atrapa y a veces entre las yemas de los dedos quema y se escapa. Pero nunca dejes de buscar la belleza en el brillo de mil estrellas muertas reflejado en las pupilas de quien creyó en el deseo fugaz de una estrella venida del incorruptible Olimpo de las ideas.

El aroma de los viajes son un colirio para los ojos del alma, que a veces lloran porque todo lo ven y no pueden hacer nada. El bálsamo en el viaje de la vida expresada por la diversa geografía se impregnará en los recovecos de tu ser. Deja que el tiempo se muera al arrullo de mil postales bellas. Muérete de risa como un niño sabio que escala por la vida librándose de cualquier peso con una sonrisa.

Pinto melodias con los ojos, cierro los ojos veo paisajes bellos y las emociones arrasan. Abro los ojos y el teatro de la vida me devuelve una sonrisa, a veces amarga. Las mareas del tiempo mezclan las melodias que se ancla en el alma y se empeñan en ser inmutables en tiempos de turbulencias. Sopla el desierto adentro con su paz sosegada, levantando a ratos su arena dorada, rozando el oasis. En todos los desiertos llueve y florece alguna vez.

El vacio me mira con su alma tranquila y cándida. Una leve brisa sopla, mece la melena hacia la tormenta de los tiempos. Una estatua erguida entre la marea temporal de lluvia y bellezas extrañas. Todo existe frente a la nada. El vacio responde con su calma. El filo de una linea temporal destroza cualquier mirada hierática. Se rompen los espejos que ya no reflejan nada. Cómo un trapecista haciendo piruetas entre agujeros negros. El desierto se ha disfrazado de ser eterno y devuelve la mirada cuando capta el vacio en las entrañas del alma.

Las ideas viven en cuevas, te acechan detrás de la maleza de recuerdos. Llueve en el bosque, llueven recuerdos. El tiempo se enreda en la tormenta, se aburre y a veces sale el sol hasta en las cuevas.

Cómo un caracacol acorralado entre las gallinas, en un lugar donde todo se sabe perdido entre ágiles y enormes fieras... Mejor sacar los cuernos al sol, detrás de la tormenta siempre hay aventureros que saben que el tiempo es una goma elástica capaz de azotar a cualquier bestia y su velocidad. Qué los precipios al final del viaje son terribles fauces para los que tan veloces y fuertes no supieron apreciar lo bello... y cayeron.

A veces hay que dejar que la tristeza te invada y que haga un rato lo que le de la gana hasta que se aburra y se vaya. Tarde o temprano acabará entendiendo que no vamos a ser amigas.

Busca la belleza y alimentate de ella.

Las venas se cargan de infierno cuando la vida corre como agua en torrente que todo se lo lleva. Todo lo que quiero se me va de las manos.

Desde el frio del desierto en la noche de los tiempos, cuando el oasis yace adormecido mecido por las estrellas invernales. La lluvia y las flores han hecho su viaje por este año, por este oasis. En todos los desiertos florece alguna vez, en todos los desiertos existe probabilidad de espejismo... Las mareas del tiempo trabajan en una mina de recuerdos.

¿Existe belleza en el dolor?... Buscad la belleza, bálsamo de cualquier mal donde se acurruquen todos los pensamientos negros, buscad la belleza.

Cualquier ocaso puede tornarse amanecer con alegría, a veces un rayo de luz rebelde se cruza como en una improvisación que ofrece un día alternativo. Y a saltos entre las líneas del tiempo se vadea la vida en los meandros del alma.

Con un poco de amor cualquier barrera puede ser destruída. A veces la noche me devuelve la mirada con su soledad apática que se empeña en enredarme como un cisne negro en mitad de una nada brillante.

DESIERTO XXXVII

En el desierto nevado, lejos de las palabras que fueron como tiros que se llevaron hasta el vacio; ha caído el invierno muy adentro, las flores han muerto, se acabó el oasis... Busca la maldita belleza y el mundo te mirará con otros ojos... Desde mis escombros, en éste palacio de hielo seré desierto.

La vara de avellano es el apoyo del caminante, símbolo de sabiduría, pero también báculo del heraldo o el mago ya que tiene poder para ahuyentar las serpientes y el mal.

Por otro lado, las avellanedas fueron luegares de cortejo y amoríos durante mucho tiempo, y en los refranes populares, "ir a por avellanas" es sinónimo de hacer el amor.

Coge tu vara, fabrica tu camino, atrapa la belleza...

¿Dónde están las músicas de colores capaces de amputar cualquier vacio? ¿En que rincón se esconde la belleza robada? ¿Cómo detener lo que fluye como agua? ¿En que lugar habita el olvido? ... Puedes robar la belleza que nunca yacerá presa, detener el agua que siempre vuelve a su cauce y llamar a la puerta de la morada del olvido que nunca te recibe... Cualquier lucha acaba siendo un desierto vacio donde en algún momento vuelven a crecer flores.

DESIERTO XXXVI

Todo desierto tiene un corazón hecho oasis que con buena voluntad regala a los viajeros extraviados, a veces es sólo un espejismo . Soy desierto. La tormenta de arena enmudece a la lluvia de flores que una vez al año inunda cualquier desierto. Entre la arena, el viento y la ceguera se vislumbra un oasis pendiente o no de hacerse añicos... quizás sea sólo espejismo. Seré desierto.

Atrapada en la belleza, absorvida en los más hondo por un instante, una mirada que se desea eterna. Sin marcas, sin recuerdos, desnuda a la intemperie de una emoción... Vive cada día como si fuese el último y la belleza cobrará más sentido...

¿Cómo se puede atrapar para siempre la belleza que vive al otro lado de un cristal transparente que en ocasiones puedes atravesar, devorarla aun a sabiendas que tendrás que dar un paso atrás salir y mirar de lejos desde el otro lado del cristal? ¿Cómo sobrevivir?

El destino y el azar envueltos en la misma moneda donde el cielo y el infierno parecen fundirse en un beso... Busco la belleza enredada entre los hilos del tiempo que no perdonan ni siquiera el amanecer embelesado de unas almas ilusionadas como la primera vez.

Cabalgando entre el pasado y el futuro, ente las brumas que envuelven cualquier misterio que se intuye bello... Existe un espacio, una carretera donde sólo estás tú y tus baldosas de belleza. Nunca te abandones.