Invoca tus sueños... Sí, esos que permanecen adormecidos en la crisálida del tiempo muerto. Y las horas serán belleza como el vuelo finito de las mariposas.

Es el titilar de una chispa la belleza que no sé puede aprehender... Y así, fugitiva, vive en la inmensidad de las ideas. 

La belleza de la lluvia torrencial tras la ventanas es tan inocente... Tan inconsciente. Cómo el alma cuando cree vivir atrapada en un cuerpo y no sabe que la cárcel es salir de él.

... Y un día te despertarás en mitad de un sueño hermoso y descubrirás que la realidad puede ser más bella todavía. Será entonces cuando nos habremos convertido en aprendices de sabios.

La búsqueda de la nada del desierto es arrojar un yo desesperado y sin respuestas. Es la belleza del vacio lo que calma a la criatura dañada que sin rendirse busca la verdad, algún tipo de verdad, con una sonrisa cómo ataque...

Buscad la belleza, alimentad el alma, buscad la belleza en lo simple, en la emoción de una gota de rocio o la similitud de un átomo con la formación de una nebulosa... Y qué el universo haga las cuentas como le de la gana.

Es en los momentos más terribles cuando se antoja que las mejores defensas son negar la fe sobre cualquier creencia previa que poseas y y alimentar el ego con la creencia de saberse excluído de cualquier punto de referencia anterior. Es en esos momentos, donde el ser está fracturado y alejado de cualquier realidad, cuando nace la fuerza para la construcción o la desconstrucción total y absoluta. Ese es el torrente de energía donde en el límite del espejo del alma hecho añicos se debate, la percepción del mal y el bien tratan de definirse y la lucha por la supervivencia se convierte en una carrera hacia muerte o en una batalla en soledad donde el Ser puede recomponerse y tomar una óptica sin filtros donde la naturaleza de las cosas irremediablemente se perciben únicamente desde la sencillez, desde lo bello de lo sencillo, sin accesorios vanos, hecho ley de vida.

La representación de la belleza, diferente para cada uno, en el fondo es simple para todos. Perder esta percepción, la conexión con la belleza, emborrona cualquier esperanza e ilusión. La belleza alimenta el alma y la cohesiona, tiempo tendrá de modelarse y transformarse con el devenir de los tiempos. Las tumbas del tiempo siempre sucias de eventos tallados en su vórtice dibujado como una línea en el infinito, permanecen abiertas y con ellas cualquier respuesta escondida tras la suciedad de lo accesorio, que es eliminado durante el proceso de retorno a la belleza de lo sencillo...  Y así, un día puede que te levantes te des de bruces con una realidad inesperada y descubras que después de todo, era verdad y alguien tiene planes para ti. Y cualquier cicatriz se convertirá en una escultura bella.

Buscad la belleza, alimentad el alma  

Es en los tiempos tristes cuando hay que mirar al cielo, pero no para buscar dioses, sino para contemplar la belleza del infinito devuelta por la luz de los cuerpos celestes y recreados con fina ironía en las párticulas elementales que cohesionan la materia.

Recrearse en lo verde, en la brisa, en las nubes, en el sol de invierno en la puesta de sol veraniega. Alimenta el alma con cosas bellas y cualquier penumbra se morirá de pena...

...Porque todos los desiertos tienen sed y al menos una vez al año beben flores mientras las tumbas del tiempo se tragan las estrellas muertas. Cualquier recuerdo bello cabe en las brisas de las dunas infinitas donde se pinta la belleza con tinta de sol. 

A vees el horizonte es árido, está en calma. Los caballos del tiempo tejen en sus melenas las nubes que nunca traen lluvia. La lluvia todo lo limpia. En busca de la belleza en la peor de las cárceles: en el infinito que existe ente oreja y oreja...

Un día te levantas y descubres que todo el desierto está en flor, entonces temes que la belleza sea segada por los tiempos donde habitó la penumbra. Qué el filo de un demonio de ayer cercene cualquier esperanza, pero no...

....Un día te levantas y dices que la vida está para darla besos de tornillo y que cualquier tiempo pasado no fue mejor. Qué las tumbas del tiempo, que se tragaron la luz de las estrellas, deben permanecer selladas y que ojalá el tiempo se muera y congele para siempre el instante más bello.

¿Es éste el final del camino donde todos los desiertos florecen alguna vez?

Buscad la belleza, buscadla... y si la encuentras, quédate con ella; haciendo de rompeolas contra las mareas del tiempo que sólo una mirada llena de felicidad pueden congelar.

Conservando la soledad en la nevera de una cocina cuando ni la más bella de las óperas puede servir de consuelo, busco la belleza en los detalles, en el perfeccionismo que me absorve y me aleja del mundo real donde parece que he perdido la batalla, sin reservas.