Monday, January 31, 2011

DESIERTO XXXVI

Todo desierto tiene un corazón hecho oasis que con buena voluntad regala a los viajeros extraviados, a veces es sólo un espejismo . Soy desierto. La tormenta de arena enmudece a la lluvia de flores que una vez al año inunda cualquier desierto. Entre la arena, el viento y la ceguera se vislumbra un oasis pendiente o no de hacerse añicos... quizás sea sólo espejismo. Seré desierto.