Monday, November 21, 2011

DESIERTO XXXIX

Las noches del desierto son frías, brillan miles de estrellas muertas que beben del oasis de cualquier tiempo mejor. El sol alegra cada mañana, pero abrasa... la sed, la horrible sed que no descansa ni en el tiempo de oasis, ni en las floridas semanas que vive cualquier desierto. Esa sed que sólo resuelve la belleza robada en el brillo de las miradas perdidas, ausentes cuando llega la dura sobredosis de realidad...