A veces hacemos de nuestra realidad una bola; un gurruño con todo lo que nos sucede y con esa pelota llenamos huecos o inseguridades o pasado, depende de cada uno. Porque a veces es más fácil complicarlo todo que afrontar la verdad. Con lo sencillo que es simplemente quedarse con lo bueno y buscar la belleza porque la vida amanece cada día y eso habría que celebrarlo siempre.
Thursday, September 27, 2007
Saturday, September 22, 2007
Sentada sola en la eterna noche de los tiempos, las neblinas temporales rodean cada pequeño acontecimiento y lo colocan a su antojo. Entra la madrugada y por fin todas las voces se han calmado. Silencio. Es hora de dormir y de dejar de leer libros abiertos. Cuanto más claro es un todo, más turbias se vuelven las preguntas... A veces debería confiar en mi, en mi soledad y recordar que tan sólo soy una ciega con el don de ver.
Wednesday, September 19, 2007
Respiro la noche y me arropo con la manta de estrellas. A la carrera... Y en el lecho me cuento mis historias para no dormir, para así poder descansar. No funciona, pero oigo el silencio que me da paz; una paz desasogante. El día termina en media luna, alzo el vaso y brindo por mañana... por la nueva luz, por nada en realidad, por el breve latir del aire en la noche que no trae nada.
Sunday, September 09, 2007
INFIERNO Y DEMONIOS: ASTARTÉ
- Nunca te han dicho que la sangre sale fatal, Astaroth?
- Ya te digo, cómo los dolores, igual, no aprendo... Y no me llames Astaroth si quieres refererirte a mi por algún nombre humano prefiero el de Astarté.
- ¿Dolor? Eso te pasa por mezclarte con humanos, con los humanos nunca puedes dejar fluir las cosas, siempre lo complican todo. Claro, que no te quedas atrás siempre quieres hacer el mal, haciéndolo bien y pretendes jugar a ser Dios desde el infierno. Hermana, das asquito cada día pareces más humana. Por lo menos has recordado, Isthar.
- Si no te gusta mi nombre de pila, el viejo, el de siempre, al menos llámame A-S-T-A-R-T-E
- Vale, vale lo que tu digas. Nombrar las cosas no deja de ser superfluo para mi, como lo era para ti, cómo lo fue en tiempos lejanos. Cómo el tiempo, ese al que adoran tanto tus queridos seres humanos. Lástima de percepción la de los seres finitos... Al final va a ser verdad que hay humanos que pueden influirte, además sufres y quieres cómo una perra del averno. Lo tuyo es muy fuerte, que ya tienes 423 años cómo para complicarte la existencia, que lo de complicarse la vida es cosa de seres mas mundanos, pero vamos si has decidido que durante los próximos 70 años vas a vivir comprendiéndolos pegadita a ellos tu misma.
- La verdad es que he aprendido algo, son capaces de lo mejor y de lo peor, de la destrucción más terrible y de la pasiones mas locas, viven atormentados pensando en dejar huella, en la trascendencia de cada uno de sus actos, inventan esquemas, normas, calificaciones, clasificaciones, siempre necesitan algo a lo que aferrarse, cosas para no verse perdidos ni desorientados, necesitan un camino hecho para no perder mucho tiempo buscándolo... En el fondo con lo bueno y lo malo son seres muy valientes, que luchan por vivir porque saben que su oportunidad de consciencia es muy corta, sólo de unos pocos años. Para nosotros sin embargo todo son malas rachas porque seguiremos adelante, no queda otro remedio, pero me gusta su intensidad, aunque es cierto que la mayoría de humanos me aburren, pero les tengo cariño, son tan tiernos e ignorantes... Y no los compadezco ¿eh?, los admiro.
- Ya, ya si no hace falta que lo jures, pero luego no vuelvas llorando otra vez, que te lo tengo dicho, que duran muy poco y además en tan poco tiempo no van a aprender nada, y luego tenemos que soportar tu lamentos y tus ruegos para las terapias de choque y todo ese teatro de que si desciendo al infierno humano, que ya no existen los desiertos nevados, que no vas a salir de esta.... Plasta que aburres a cualquiera, mira maja, que no queremos hacerte daño, pero tu humanitis a veces va más allá de lo soportable.
- Pero no he mentido, en realidad amo y sufro con ellos y a veces cómo ellos, es una pena que la LIBERTAD sea una desgracia para las vidas finitas; la libertad puede llegar a ser su peor cárcel tanta intensidad emocional puede matarles o hacerles desgraciados, la mayoría de las veces ni siquiera saben como manejarlo... Dile a un ser humano que es libre, de ir donde quiera, de querer a todo el mundo, de sentir todo, y de sufrir todo por supuesto, de no estar atado a posesiones, ni dinero, ni a nada material, que ninguna norma regirá su vida, que tendrán presente todo lo que les ocurre a los otros de su alrededor a cada minuto y sobre todo que nunca moriran, se volverían locos, necesitan encontrarse así mismos rapidamente porque eso que llaman tiempo se les termina. Pero supongo que puedo enseñarles un camino intermedio.
- Y luego te aguantamos el resto, incluído humanos, que morro tienes. Tú que puedes, deja fluir las cosas de una vez y no juegues a lo que no eres, si sigues potenciando tu empatía te volverás loca. Aunque esas leyendas humanas a veces te van al pelo, cómo Astaroth ese demonio del mes de agosto, que es perezoso y vanidoso y cuya máxima preocupación es seducir con sus filosofías racionalistas, pero cómo no te gusta ser un ser extremadamente malvado pretendes identificarte con Astarté, una diosa que adora la naturaleza y la vida en general y que exalta por igual el amor y los placeres carnales. Pero Astarté se volvió guerrera y bebió sangre, no lo olvides. ¿Es por eso que en tu humanitis aguda cambiaste de trabajo?. Eres un caso.
- Astaroth, Astarté, que más da, en el fondo tienes razón, soy y sólo soy, es suficiente. Vuelvo a la superficie, tengo todo el tiempo del mundo, que más te da cómo gaste mis próximas décadas.
- Qué sí, pero aunque asquerosamente contagiada por los humanos procurá no volverte mortal, que luego tenemos que regresar con la terapia de choque, que cada vez que te mueres olvidas.
- Otra cualidad de los humanos, ellos no olvidan a los muertos, en su imperfección finita han logrado la inmortalidad de alguna forma. Vuelvo a fluir, vuelvo a mis desiertos nevados.
- C-U-R-S-I, pero cómo dijiste tu misma una vez: Aprende a reirte de ti misma y habrás aprendido a vivir.
Saturday, September 01, 2007
INFIERNO y DEMONIOS VI: LIBERTAD
Sentada en el borde de la piscina, balanceando los pies... Una niña pequeña se acerca y me empuja. Ríe mientras yo no puedo salir del agua, mientras no puedo emerger a la superficie. Me ahogo. El cerebro empieza a abandonar la lucha por el suministro de oxígeno. Estoy cansada quiero dormir, pero abro los ojos y de repente estoy otra vez sentada al borde la piscina. La niña a mi lado habla cómo si fuese adulta. Es una imagen inquietante en un momento de paz.
- ¿Paz? ¿Soledad?. Vuelve la calma poco a poco ¿eh?. La soledad puede ser una gran amiga ¿verdad?.
- Sí, lo es. Me ayuda a recuerar la perspectiva. A recuperar el norte...
- Qué féliz eres con un rato de silencio, un rato de música y un cuaderno y un boli. Contra eso no podemos luchar en el infierno. Pero los recuerdos te atacan una y otra vez. Te torturaré con ellos hasta que te afixie.
- Afixiame. Moriré entre recuerdos bellos.
- Conmovedor; pero recuerda esto; eres tan diferente, que no especial, que de alguna manera sabes que siempre estarás condenda a la soledad aunque muchos te digan de corazón que te comprenden. Eres tan féliz sin poner nombre a las cosas, sin marcar pautas. Con LIBERTAD... Pero ahora, tus ratitos de paz han muerto. Y eso no se puede OLVIDAR. Yo me alimento de eso, te dejo fluir en las aguas, te susurro al oído que simplemente dejes fluir las cosas... y por un momento todo encaja libremente cómo piezas de puzzle qu adaptan sus formas. Y por un momento las cosas sólo son, sin importar cómo deberían ser.
- ¡¡Me estoy ahogando!!
- Claro que te estás ahogando, porque alguna vez hay que hacer pie para respirar y andar por caminos marcados para no perderse. Boba que eres boba por creer otra cosa. Y a mi no me importa ser un demonio pequeño porque hay tanta gente dispuesta a recordártelo que mi trabajo se vuelve extremadamente fácil. Es la hora, vete.
Escupo el agua de los pulmones, aspiro una gran bocanada de aire. La niña adulta se ha marchado y lloro. Vuelvo a arder en llamas perennes.
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