Respiro la noche y me arropo con la manta de estrellas. A la carrera... Y en el lecho me cuento mis historias para no dormir, para así poder descansar. No funciona, pero oigo el silencio que me da paz; una paz desasogante. El día termina en media luna, alzo el vaso y brindo por mañana... por la nueva luz, por nada en realidad, por el breve latir del aire en la noche que no trae nada.