Me encanta ver como la vida se rebela y reparte besos de tornillo contra todo mal que le ataca. La vida no es finita, no es fina, no es ínfima. Su canción protesta para no morir, para ser escuchada por todos nosotros. Tenemos tanto que aprender. Tenemos tantas lecciones a nuestro alrededor sin aprovechar. A veces perdemos el tiempo en terrores inconclusos, en formas de daño y dolor que no sobrevivirán a la vida, que no nos sobrevivirán a nosotros. Energías perdidas que nos vuelven grises y más grises. Porque cuando todos hayamos muerto; la vida seguirá ahí como la casualidad que siempre nos vio nacer.