Enciendo un cigarrillo y dejo que lo consuma el viento. La ceniza cae como lo haremos todos algún día. A esta hora, con éste silencio, todo es perfecto....
Soy esa estatua de bronce en la que todo hace mella, pero que nada destruye. Encontraré ese fuego que me arrase y me funda y me convierta en ese suelo pulido donde todas las huellas se limpian. Todos los infiernos se construyen a medida, pero todos los cielos se imaginan con holgura. A medio camino nada puede ser excesivamente terrible.