No hay ninguna luna que ilumine lo suficiente una noche como para cabalgar desnuda sin temor a ser vista. No hay ninguna razón para cabalgar desnuda sin querer ser vista. Correr por el bosque y oler la hierba mojada, ser una alimaña y cazar lejos de la gran ciudad. Cazar belleza no cautiva y la magia de los seres ermitaños y de los lugares a penas visitados . Voy echando de menos los bosques, será porque aquí todo se va volviendo gris aunque sean grises multicolores. Será ese asfalto y cemento interminables que nos envuelven. Será porque de vez en cuando hasta el desierto se da un festín y se convierte en un vergel por unos breves días. Será porque todos somos, quizás, depredadores de lo bello aunque no nos atrevamos a tocarlo.