Thursday, July 06, 2006

Caundo todo está oscuro siempre veo una luz. Cuando las lágrimas no me dejan ver la estrellas encuentro la forma de secarlas rapidamente. Cuando son tus propios padres los que lanzan los cuchillos más afilados me curo los cortes rápido para que las heridas profundas no se abran de nuevo.
Y podría decir que corro el riesgo de morir a oscuras, desangrada en un charco de agua salada. Pero me niego. Porque...
La belleza puede brotar en cualquier lugar. En las manos de una pianista de catorce años o en la sonrisa de un viejo de ochenta. La belleza puede esconderse en cualquier rincón y asaltarte despertando una sonrisa en el farragoso camino de la sórdida maleza entre la que se esconden algunos recuerdos. La belleza puede ponerte frente a la vida y hacerte descubrir que algunos dolores no son más que trastos inutiles.