Buscad la belleza y alimentad el alma. Y eso era todo.
Los añicos cortan las ilusiones, la belleza se esconde tras las grietas del espejo roto. Y sonríes en mitad del desastre porque hay quien puede iluminar el alma. Pero no dices nada. La sangre de las tumbas del tiempo con los recuerdos en carne viva te mancha los ojos. Extiendes un brazo al infinito, pero la luz se escapa.