Es el hielo entre los dedos un prisma por donde mirar la vida a través del frío... Y en la lejanía de los recuerdos congelados en las tumbas del tiempo se percibe la vida cómo un desierto florido donde descansar el alma. 

Es el sol de invierno que nos mira y sonríe, el que nos devuelve el recuerdo del calor. Cómo en las horas de las estrellas cuando se añoran los momentos que siempre debieron permanecer congelados. Es la belleza de lo efímero el mejor viaje por la realidad. Buscad la belleza...

El sol juega travieso con la paciencia de la vida. Más no en vano el frío recupera su valor perdido. Son los contrastes los que posibilitan la percepción del tiempo y adornan los recuerdos que quedan anclados a los pies de las tumbas del tiempo.

La muerte de las estrellas es anunciada por su brillo que viaja a través del vacio del universo. Llueve el sol y amanace el mundo. Se enreda la niña naturaleza y ríe a lomos del tiempo que juega a la rayuela con los paradigmas humanos. La vida es un juguete en manos de un tiempo que no existe, de una eternidad expresada en soles nuevos cada día, que no percibimos.

La brisa sonríe cuando le hace cosquillas al mundo. Las olas tratan de escapar del mar aun a sabiendas que no pueden vivir sin él. Pequeñas poesías de la naturaleza que se escapan de las cuentas del universo y cualquier alma sabe leer aunque no quiera. Buscad la belleza.

Desde los sitios altos se huele la agitación de la humanidad, el calor llega entre las flores que arropan a la primavera. Las mareas del tiempo traen con la resaca de las olas de tiempos mejores un susurro de energía dispuesto a insuflar oxígeno a las almas que claman la belleza de un bullicio lleno de esperanza.

Si en los días grises la imagen de una mariquita posada sobre el viejo mango de madera de una escoba de jardín puede alegrarte... Habrás descubierto la belleza de lo sencillo y serás más sabio.

Cómo una flor que nace entre el cemento, las pequeñas alegrías cotidianas son nuestro alimento de belleza diario.

Es el tiempo una percepción de los seres finitos qué se acentúa cuando termina de forma inesperada. Es entonces, más qué nunca, cuando hay que levantarse y clamar por la belleza y luchar por ella con cualquier arma que esté a nuestro alcance. Porque un día la belleza alimentará todas las almas aunque nosotros no lo veamos.

Es a los pies de las tumbas del tiempo donde acudimos a recoger un ramo de recuerdos. Miramos entonces al abismo del pasado sosteniendo el ramo de rosas que nos cinceló, a veces con perfume, a veces con espinas. Es ese proceso la mayor de las bellezas, pues en el cementerio del tiempo de la humanidad y de sus recuerdos hechos espíritus brotan almas únicas e irrepetibles siempre.

No sé es más fuerte por volver de cristal y mudas las lágrimas que tanto escuecen. En cada emoción hay un desierto de sensaciones que forman las dunas del alma.

Cuando sople hielo en el alma busca la belleza en la escritura de sus formas domadas por el viento. La belleza en cualquier rincón, en lo simple, alimenta el alma.

Es el océano del cosmos una desierto frío, pero cálido para la vista. Cenizas y chispas de de vida, cómo los granos de arena que corretean huyendo del viento en las dunas, poseedores  de recuerdos, tesoros almacenados de miles de años.

La chispa de luz en la gota del rocío en una hoja al amanecer... Belleza, sed de belleza, busca la belleza y tus sueños estarán más cerca.