Azoto con el látigo los minutos porque entre los dedos se me cae el tiempo. Se resbalan los días mientras acaricio las pequeñas cosas bellas. Porque cabalgar en la ola de los tiempos, en la loma entre el ayer y el hoy mientras sopla el viento que te empuja a no mirar atrás es vivir con la la alegría de ser un poco más libre. Porque cualquier horizonte es más bello que las sombras que quedan a tus espaldas.