Sunday, August 26, 2007

INFIERNO y DEMONIOS III: DE CARNE Y HUESO

Noche cerrada ocultando hasta la luna llena. El flash de los relámpagos caza instantaneas de la tierra en varios kilómetros. Conduzco hacia el centro de la tormenta. La piedras de granizo y la inundación me cogen en las curvas o las rectas, las líneas no se distinguen. En el pueblo, en la gran cuesta, el motor se para y el freno de mano impide un desastre. No responde, el coche está ahogado en agua. No es una situación límite, pero a veces todo se hace difícil. Entonces aparece él, con su traje y su corbata de lazo y la mirada fría, sardónica y penetrante. Aplaude y sonríe con ironía. Comienza su monólogo.
- Plas, plas, plas... Enhorabuena, lo estás consiguiendo. Muy real, muy dramático pensé que te estampabas de verdad. Cómo te gustan los dramas ¿eh?. Vas a coger frío aquí fuera, ya estás empapada, vete a casa, hazme caso yo se lo que te conviene. Te preparare algo caliente no te preocupes de nada. Mañana llamaré al taller, de paso hare chapuzas en casa mientras esperas. Yo me encargo de todo. Yo siempre me he encargado de todo. Incluso me he encargado de que nunca te encargaras de nada o por lo menos lo he intentado, pero siempre te rebelaste aunque tengo un amigo que me ha dicho que tu siempre estarás PERDIENDO.
- Vete demonio, de verdad no estoy de humor para el drama. Deja tus palabras envenenadas para mañana.
- No quieres oirlo ¿verdad? querida. ¿Qué no estás de humor para el drama?. Si tienes un ego que ni siquiera cabe dentro de ti. Estoy aquí porque tu has decidido inventarme. Dejálo ya, en el mundo hay gente muriendo de hambre. Pero yo te ayudaré, yo me encargaré de todo... Bonitas palabras verdad, cuantos quisieran oirlas.
- Demonio, déjame en paz, puedo hacerlo sola.
- Shhhh.... Alto, alto, alto. ¿Cómo podría llamarme demonio después de lo que he visto?, no merezco tan honorable título. No, después de ver con quien te has ido cruzando. Además no puedes hacerlo todo sóla. Te encantaría porque en demasiadas ocasiones otros han intentado que dependieses de ellos, con buenos gestos, con buenas palabras, escondiendo su afán de ejercer control, de tenerte amarrada a ellos. Y sabes que por un momento les cediste el paso y ahora quieres negarlo a base de ser autosuficiente por eso a veces no distingues la buenas intenciones de las malas porque estuvieron a punto de convertirte en inutil, en dependiente, en objeto. Pues, querida, sigues perdiendo eres una inutil emocional. Y me divierto mucho viéndote con tus dudas sin saber distinguir quien te quiere bien y quien no y viendo cómo echas a gente de tu lado, incluso a la buena gente. A veces te doy pistas, cómo el viernes, cuando alguien querido al que le cuentas tus penas (oh pobrecita música de violines, drama, intriga y dolor de barriga), pero con dos cervezas demás rebela parte de su doble juego sin querer. Doble juego y doble diversión... Por favor ponme a los pies de éste y de esos otros maestros que aunque hace tiempo que salieron de tu vida siguen siendo tus demonios de CARNE Y HUESO.
El frío me invade la espina dorsal. El demonio se esfuma con la tormenta, tres muchachos aparecen y me ayudan a aparcar el coche. Al volver a casa oigo el eco del demonio cómo lanzas de hielo clavándose en los pulmones e impidiendo la respiración... Me encargaré de ello, siempre dudarás del cariño de otros y siempre sabrás que eres mala por ello, esa es la gran verdad... Y de éste infierno quizás no saldrás nunca.