Es un día gris, como casi todos últimamente. De las cajas salen miles de melodías que acompañaron otros tiempos. Hay calma relativa e incluso a veces oigo el soplar del viento arrastrando la arena. Veo los pequeños desiertos que acaban en sal y agua. Es inevitable buscar lo bello cuando se quieren abandonar todas las luchas porque la vida no puede ser una guerra. No puede serlo aunque DUELA.En plena noche un aroma azufre trae la realidad de vuelta. La bofetada de calor, y el silencio tantas veces apreciado le anticipan. Surge de entre ríos rojo sangre caminando con altivez, con la elegancia de la mitad bestia y la maldad de la mitad humana. Habla y con cada palabra surge una quemadura.
- ¿Cómo van esas añoranzas? ¿Deseando trepar a la superficie?
- No, demonio, quémame si quieres me da igual
- Todo te da igual, qué gran frase. Fantástica. La cantidad de problemas que se pueden enterrar combinando adecuadamente las palabras. O eso te gustaría creer.
- No, demonio, quémame si quieres me da igual
- Todo te da igual, qué gran frase. Fantástica. La cantidad de problemas que se pueden enterrar combinando adecuadamente las palabras. O eso te gustaría creer.
Las llagas corroen casi toda la piel, a ratos arde y el agua de la sangre hierve al primer contacto.
- Sabes que estoy dispuesta a sangrar todo EL DOLOR.
- Siempre tan arrogante, cómo si dependiese de ti. Pues no depende de ti, pero tú sigue engañada haciendo tus tonterías, te recuerdo que el OLVIDO no es un amigo que alguien pueda presentarte. Así que nada de esto va a terminar, cómo tus pesadillaS, cómo tantas cosas. Cómo tanto sufrir. Pero que condescendiente estoy siendo, mira niña, por hoy te diré una gran verdad a ver si es cierto que las heridas pueden terminar de sangrar. ¿Qué duele más? Tener que OLVIDAR o no querer resignarse a OLVIDAR. Ahora ves y sigue buscando lo bello.
- Siempre tan arrogante, cómo si dependiese de ti. Pues no depende de ti, pero tú sigue engañada haciendo tus tonterías, te recuerdo que el OLVIDO no es un amigo que alguien pueda presentarte. Así que nada de esto va a terminar, cómo tus pesadillaS, cómo tantas cosas. Cómo tanto sufrir. Pero que condescendiente estoy siendo, mira niña, por hoy te diré una gran verdad a ver si es cierto que las heridas pueden terminar de sangrar. ¿Qué duele más? Tener que OLVIDAR o no querer resignarse a OLVIDAR. Ahora ves y sigue buscando lo bello.
Confusa con tal revelación sin entender del todo el enigma de las palabras, sangrando entre estacas de realidad, dolorida y ardiendo entre miles de pensamientos contradictorios, pero sabiendo sin necesidad de ningún demonio que más allá del olvido lo importante es aceptar la realidad y sus engaños. Y así la sangre corrió libre.