Sunday, March 19, 2006

Ahora que ya soy como un perro sin casa y sin collar debería sacudirme las pulgas.

No hay nada más dañino que actuar guiados por el capricho: ahora me voy, ahora me quedo, ahora no sé quien soy, ahora necesito encontrarme... Es la expresión más viva y truculenta de nuestro ego... Con lo fácil que puede ser todo, con la suerte que he tenido en esta vida.

Y así le dejé con las manos ensangrentadas y llorando después de quitarle mi corazón sin que siquiera entendiese porqué... Pero lo que yo no sabía era que aquel trozo de carne que me llevaba ya estaba muerto porque él le daba la vida y sólo lo he comprendido después de que oliese a podrido. Ahora voy por ahí con mi hedor y mi agujero de carne caducada y con un montón de moscas que me recuerdan que los caprichos sólo son larvas que nuncan llegan a mariposas.

Y todo mi ego se expresa a través de esta metáfora, como si mi vida no dependiese de mi y de todas las tonterias y caprichos a los que di entrada. Qué ciega estuve, podría decir y ojalá hubiese sido eso... Pero no, la cruz me la cargué solita.