Arroja luz al alma cuando en la noche de los tiempos haya sido abandonada. Arroja luz a tu alma y a la de quien dice no tenerla. Los desiertos nunca necesitan agua, pero agradecen la lluvia y por eso florecen.
Y si hay dudas, avanza, no importa, allá donde hay belleza no hay muerte posible del alma. Las tumbas del tiempo guardarán las lágrimas si las derramas, solo para enseñarte el oasis cuando vuelvas.
