Cuando la belleza es como agua cristalina que se escapa entre los dedos y no se puede hacer más que beberla y beberla...

El polvo brillante de las estelas del pasado se desvanece como en una lluvia de diamantes que tallan el corazón.

La vida es sólo un suspiro en la existencia de lo eterno. Deformar lo bello es convertir el cálido aliento de éste suspiro en un dolor ciego. Nadie nace para el dolor, buscad la belleza...

La belleza de un siglo puede residir en un segundo... La sabiduría de toda una vida puede morar en un día de la mirada de otro. Los trenes pasan, los cojes o no. Aprendí. Aprendí tanto. Carpe Diem

DESIERTO XXXV

El desierto vuelve a mi, como las olas vuelven a la orilla. La calma clama por un lugar donde no habite el olvido. El sonido de las olas me llama, me inunda y lo llamo hogar. Seré desierto.

Regando el jardín veo la belleza en el brillo de las gotas a la luz de la farola. Recuerdo el brillo de una mirada en el desierto.... la belleza infinita surgía en la nada. La belleza de lo simple que alimenta el alma. Cualquier pozo negro puede ser extirpado.

Brisa de verano que renueva los viejos aires calientes. El viento como el tiempo todo se lo lleva. Sed mariposas y los días serán bellos siglos.

El sol se acuesta, de cerca le sigue la luna que sale en su noche corta a despedir al gran dios de fuego que tranquilo pinta el cielo de rojos y reparte la belleza que la luna ya acuna con su brillo. El cielo está en carne viva y las estrellas a flor de piel. Buscad la belleza y alimentad el alma...

Las brumas lucen hasta el infinito acaparando la luz. El sol se pelea entre las nubes. Me desperezo y entre pequeños rayos de luz nace un día que a primera hora siempre es perfecto. La belleza viaja entre fotones, entre sensaciones que no deben morir...

Las mareas del tiempo me llevan y me roban las raices.... El pelo como hojas de otoño ondea al viento, huele a tierra mojada... No pertenezco al giro del mundo, surfeo entre marañas de pensamientos, deshojando el alma al viento, buscando la luz...

Mirando atrás de reojo, el pelo al viento.... Brisa de mar, brazos abiertos... Abrazos al mundo.

Las enredaderas del tiempo arrastran pequeños quistes de pasados inutiles enredados como una madeja en los pies. Se hace preciso caminar con la vista al frente dejando que el norte sea norte y que los cauces recuperen su torrente de alegría hacia el horizonte siempre fiel al sol.

La belleza enredada en el tiempo hecha crisálida, que será mariposa, aun hermosa cuando está tan quieta, vuela como vuela el tiempo que se lleva las cenizas y la hojarásca de cualquier dolor pasado.

Cabalgando a lomos del tiempo, agarrada a las crines plateadas que reflejan la belleza de una mirada llena de amor... No es posible caerse. El bello caballo me lleva donde la luz sólo es una sombra del sol.

DESIERTO XXXIV

Cae el tiempo como agua entre los dedos. Agito la mano en un charco buscando la belleza en el brillo de las pequeñas gotas, como antaño. Pero el sol me ciega, me abrasa... las gotas se evaporan, como la belleza anclada en las espirales de nubes dibujadas por el viento. Soy carbón en éste desierto.

Por la belleza ahogada en el tiempo que consume la eterna noche en la que se sume cualquier infierno. Por el fuego quemando infinitamente la oscuridad de los tiempos derrotados en el averno de los dioses. Por las sensaciones a flor de piel. Por ti, por mi.