Cómo el sol lamiendo las laderas de las montañas, a lo lejos, antes de irse a dormir... Recorremos la sucesión de valles en busca de agua cristalina y el sonido de un pájaro que no reconocemos porque a veces pensamos que lo bello está en lo irreconocible, en lo raro.
Y cómo una brisa me deslizo a través del viento intentando alcanzar una nube sin pensar que los gases están hecho para zambullirse en ellos de lleno... No para ser enrejados por almas ansiosas de sorpresas y de convertir en sólido y tangible a lo que siempre será libre.