El dulce caminar que arrastran las miradas tras de sí porque en sus ojos se adivina la puesta de sol de los tiempos, la paz de quien encontró el descanso.
Porque a veces nace un sabio después de las tormentas.
Buscad la belleza y alimentad el alma porque tal vez sea lo único que merezca la pena. Porque los ríos del tiempo arrastran cualquier sueño y a veces las corrientes son muy rápidas. Porque a veces un océano completo se diluye en una lágrima; y una gota se duerme al sol y se evapora.
Todo cae en los bordes de las tumbas del tiempo, incluso el olvido.
En las trincheras de la vida. A veces es mejor no asomarse ni pegar tiros. A veces es mejor vivir en el anonimato de la lluvia y los paraguas negros. Qué tú voz no se oiga ni para construir un nuevo castillo mas alto y más duro que el anterior.
Qué pongan las piedras como les de la gana.
Soldado caído por fuego amigo.
Los oasis que se secan en las mentes pobres y se convierten en un espejismo en los soñadores, en los que aman. Porque ningún desierto es tan árido, ni siquiera el más solitario. Todos albergan criaturas que lo vuelven bello ante los ojos sabios. Ante los ojos de quienes ya lo recorrieron y recuerdan con cariño el viaje. Solo un necio vería nada más que arena en lugar de belleza.