Todos los oasis fueron alguna vez un espejismo.
Allí donde pervive el frío bajo el sol del desierto se esconde la incertidumbre porque solo ella puede helar cualquier corazón, incluso en mitad de la chispa de las primeras miradas.
Allí dónde se instaló la incertidumbre ya no crece nada, excepto las dunas y las lágrimas convertidas en un oasis donde descansa el dolor.
Por eso, buscad la belleza y alimentad el alma, tal vez sea lo único que merezca la pena en este maldito mundo.
