Los cristales del alma que salen por los ojos avanzan entre recuerdos y dolor. La vista se nubla intentando alcanzar las flores de un desierto que ofrece la belleza a quien quiera contemplarla. Casi nadie la ve aunque todos tienen sed. Pero hay quien bebe solo agua y hay quien bebe, además, para el alma. Buscad la belleza en este mundo, quizás es lo único que merezca la pena.