.. Y cómo en el desierto; no esperas que las flores surjan de la nada. Pero al menos quince días al año brotan y un vergel llena la nada.
Porque esperar demasiado de la vida cómo del desierto puede hacerte perder la capacidad de sorpresa... y eso es morirse un poquito.
Por eso si me encuentro una flor en medio de la nada la veo con ojos siempre nuevos, por eso si una flor nace entre el cemento me emociono, por eso sonrió por lo que sucedió en lugar de llorar por lo que no sucederá... porque al fin y al cabo no soy adivina, ni tengo un toque divino, ni tengo idea de lo que sucederá; y cómo todos predico en un desierto lleno de granos de arena dispuestos a alimentar la belleza, esa que se presenta cuando le da la gana o esa que nos rodea por todas partes y que tan a menudo nos negamos. Porque todos nos empeñamos en ser desierto demasiadas veces y muy pocas un oasis donde descansar; descansar hasta de nosotros mismos.