Thursday, April 26, 2007

Las trampas siempre parecen bellas.
Me siento y cabalgo en las mareas del tiempo, alzo la mano al viento y la mece la incertidumbre. Bajo la mano y me la llevo al pecho, tengo el dolor del miembro amputado... pero una alegría féroz me persigue como un perro del averno, lo único que me queda para compartir porque ninguno de mis agujeros negros se tragara lo bello... No.
Aunque al girar la esquina a veces las rodillas se vencen, la acera se vuelve salada y los agujeros se abren y paseo hacia un nuevo infierno para comprar fuerzas para fabricar una tumba de callos doloridos que nadie limará. Flaqueo con la sonrisa de saber que ninguna lágrima contaminará lo que yo quiero.
Tentanción y trampa de caer en un derrotismo amargo y esteril donde todo es rosa por obligación, donde los peregrinos vienen obligados a llorar y expiar pecados cómo a las piedras de la iglesia... Arrogantes seres humanos, prefiero estar con las cuentas del universo, donde nada se puede encerrar entre paredes y nada requiere ritos estudiados y así repartir a puñados lo bueno que me quede porque nadie merece otra cosa.

Tuesday, April 24, 2007

DESIERTO XVIII

Y el milagro de las flores en el desierto termina... Y el sol cae cómo cae la nieve; con el ímpetu de lo qué puede arrasar a cualquier maldito héroe de piedra. Y los desiertos permaneceran nevados, y los desiertos interrogarán al sol... y la estatua que fuí se tornará de nuevo arena. Crecerá el desierto y la lluvia ya no salvará la corta vida del milagro del vergel. Seré un desierto.

Y la belleza volverán a ser las dunas blancas que todo lo entierran. Seré un desierto.

Thursday, April 19, 2007

A veces no puedo llorar. A veces el dolor simplemente se queda ahí, estático y acumulado en el fondo de mi, haciendo un callo que ya ni siquiera estoy interesada en limar.

Sunday, April 15, 2007

DESIERTO XVII

... A veces oigo el soplo de la arena fina y creo verla levantarse poco a poco sobre la gran urbe... cómo si la tormenta comenzara de nuevo; cómo si el desierto de flores quisiera devorarme otra vez; cómo si los días amenazaran con arrasarnos como lo haría una tormenta de arena... Pero ahora se que soy la mujer de arena que se derrumba y danza, que se construye confudiendose en el aire y que cada noche aulla dejando sordo al viento.
Porque todos somos animales en busca de las alegrías sencillas y cuanto antes lo comprendas antes bailarás en cualquier desierto.